domingo, 15 de febrero de 2015

Triángulo italiano: Milán, Venecia y Florencia.Cinco días.


rialto venezia
Viajamos a la belleza en un vuelo low cost desde Santiago de Compostela. El aterrizaje en Bérgamo a horas intempestivas no es inconveniente. Ya en Santiago compramos nuestro billete de autobús que nos espera paciente en la terminal y nos deja a las puertas de la estación de tren de Milán. A estas horas no queda  nada más que hacer que caminar hasta el hotel, muy cercano y echarse a dormir. Ya estamos aquí!! Nosotros nos alojamos en el Andreola,algo anticuado, pero agradable. Muy cerca de la estación de tren, que era lo que buscábamos.




Primer día. Venecia.
Nos levantamos temprano y salimos pitando para la estación. Allí compramos los billetes de tren, del tren rápido: le frecce, para todos los recorridos del viaje. Esto nos salvó porque no hubiéramos tenido billetes, así que casi recomiendo llevarlos ya comprados por Internet, aunque cuestan 10 euros más. En dos horas y media llegamos a Venecia. Y nos quedamos deslumbrados, atónitos. No puede ser más bonita.
Salir de la estación y subir al vaporetto rumbo a Piazza San Marco es ya una maravilla. Tras dejar las maletas en el hotel encantador Cavalletto & Doge Orseolo en una habitación con vistas a las góndolas, nos dejamos extasiar por la belleza de una de las plazas más bonitas del mundo. La basílica y el palacio ducal nos esperan. O más bien esperamos nosotros porque hay cola para entrar. Mejor llevar la entrada ya comprada por Internet. Este enlace me lo vas a agradecer!! 
Llega la hora de comer un buen trozo de pizza y un helado. En todos los sitios está buena. Y después de comer un paseo sin rumbo fijo por los canales hasta Rialto o un recorrido en góndola, aunque es un timo es tan veneciano... 
Con la puesta de sol nos tomamos un spritz en la zona del mercado de frutas, un ambientazo de gente bebiendo y picando en la calle. Parece España! Y a volver al vaporetto a pasear el gran canal arriba y abajo, que maravilla!!


firenzeDía dos .Venecia-Florencia
Como no salimos para Florencia hasta la tarde nos da tiempo a cruzar el canal  e ir hasta santa maría de la salute. Para cruzar podemos tomar el traghetti, unas góndolas que van y vienen a cada momento o caminar hasta el puente más cercano. Pasear por Venecia es un placer.
De vuelta al hotel recogemos las maletas y el vaporetto nos lleva a la estación de Santa Lucía.  La parada se llama Ferrovía. Nos despedimos de Venecia. 
El tren nos deja en Florencia en menos de tres horas. Nos alojamos un hotel muy cercano a la estación. 
El Grand Hotel Adriatico, un hotel moderno y sensacional .A diez minutos andando del duomo. Diez minutos a la orilla del Arno.... El duomo, la basilical y el campanille. Todo es una maravilla. Y claro hay que subir, subir, subir, para ver Florencia desde arriba. Sin dudarlo.



Día tres. Florencia. La piazza de la signoría con sus estatuas romanas en el exterior también merece una parada. En la Gallería de la Academia está el David del Miguel Ángel y la galería de los Ufizzi es una de las mejores pinacotecas del mundo. Si no te da tiempo a todo, a mi no me dio, disfruta del bullicio del Ponte Vecchio  y regalate una gran cena. Para cenar mejor cerca del hotel, no son turísticos y de  gran calidad. El Peperoncino en Via Palazzuolo, me encantó. 

Día 4 Florencia- Milán.
Antes de Salir para Milán aun estamos a tiempo de visitar los jardines de Boboli, sobre todo si el sol nos sonríe. Allí tienen una galería de la moda muy interesante: Galleria del Costume.
Y nos vamos de vuelta a Milán.
Llegamos a tiempo para bajar a los Naviglii a tomar un spritz con aperitivo. Una zona con mucho ambiente. O si nos estamos tan animados en la plaza del Duomo la terraza Aperol es lo más moderno y muy chic la galería Víctor Manuel. Con un macdonalds sofisticado si vas con niños.Y ya a dormir.

Día 5. Milán y fin.
Antes de irnos de Italia aun queda tiempo de sobra para conocer la catedral de Milán y hacer la visita a su tejado. También podemos dar una vuelta por el centro comercial de lujo la la Rinascente aunque los precios no son para comprar. En la ultima planta nos tomamos un sandwich contemplando las agujas de la catedral. 
Y ahora si, se acabó. De vuelta al hotel y coger el autobús de Ryanair para Bergamo. Feliz viaje.





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