jueves, 17 de noviembre de 2011

Ikea: templo de consumo

Y se acerca la Navidad y volvemos a los tópicos: el consumismo versus el placer de compartir. ¿Pero quién es capaz de quedarse fuera del torbellino? Ayer un amigo me dijo que salió de Ikea sin haber comprado nada: toda una hazaña si fuera cierto... porque yo no le creí. Es más, estoy convencida de que si intentas irte con las manos vacías no te lo permiten: dos señores vestidos de azul y amarillo te paran en la puerta y te hacen un cuestionario para saber qué le pasa por la cabeza a tan raro ser humano. Realmente, si no quieres o no puedes consumir, lo que este año nos pasa a muchos, mejor no dejarte caer por los templos de las compras. Salir de ellos con la cartera indemne es francamente difícil. Siempre picas con algo, aunque sea una caja de galletas de gengibre!!!

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