viernes, 17 de enero de 2014

Detectives nuevos y viejos . Preparando la semana negra con dos novelas que quitan el sueño.

Recupero esta reseña en memoria de Mankell, que falleció hoy.

Barcelona se prepara para su semana de la novela negra que se inaugura el ultimo fin de semana de este mes. Yo quiero ir abriendo boca con dos novelas del género criminal que os recomiendo para las siestas de invierno, aunque tal vez os desvelen... En una reencontramos a un viejo amigo, en la otra hacemos uno nuevo.
La primera nos la ofrece el gran veterano Mankell que vuelve a traer a escena un aventura de Wallender, escrita en el 2003 para el público holandés y reeditada ahora para el resto de los mortales. En Huesos en el jardín, Wallander sueña con comprar una casa de campo en cuyo bucólico jardín aparecerá un esqueleto. Escania como siempre será el escenario sobre el que el comisario desarrollará su pesquisas, en esta ocasión casi arqueológicas. El estilo ameno de Mankell nos envuelve en esta novela corta que es todo un regalo para los que en el 2009 despedimos de forma definitiva en el "El hombre inquieto" al peculiar personaje. Una propina que es casi un premio para los seguimos incansables a este policía huraño, solitario y caótico. Un prototipo de antihérore que come pizza  y descuida su salud y aspecto, aunque nunca sucumbe al desaliento. De lo mejor de la llamada novela negra nórdica.


La segunda novela negra  que os recomiendo viene de  la mano de Jean-Luc Bannalec, seudónimo con el que el novel autor de El misterio de Pont-Aven, firma su primera novela. El comisario Georges Dupin nos traslada a la Bretaña francesa, que se convierte en un personaje más dentro de la novela. Sus gentes, sus paisajes, costumbres o cocina, se presentan encantadoras y con gran detalle, casi al estilo de un libro de viajes. Si estáis pensando en visitar esta zona de Francia os convendrá leerlo, desde luego. Pero no todo se queda ahí, sino que la novela nos conduce por un asesinato complejo en el que a cada paso se descubren nuevas ramificaciones. Pintores, cuadros, herencias y rencillas, para una trama detectivesca de primera. Dupin, te seguiré la pista!

Un sentido adiós para Wallander y una calurosa bienvenida para Dupin. Un compañero más para mi amada  lista negra.


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